Quiero ser el principio de tu historia.
Quiero ser tus pasos que resuenan a través del callejón, el viento que despeina tu pelo, la brisa del amanecer. Quiero ser el susurro que acaricia tus oídos, la piel que cubre tu cuerpo, el sonido de la lluvia al golpear tus cristales gritando socorro.
Quiero ser el fuego cuando estés solo, el amanecer cuando se haga de noche, el reflejo de la luna sonriente cuando se alza entre mil fugaces velas. Quiero ser el sudor de tus ojos que caen cuando miras al cielo e imploras a Dios por un justo castigo, tus dedos arrugados por placer, tus labios cuando gritan Amen, la rima forzada que acabo de hacer.
Quiero ser el guardián de tus palabras. Quiero ser tus sábanas, tus ropajes, y deslizarme lentamente por tu cuerpo y caer rendido ante tus pies. Quiero ser el suelo que pisas y el cielo que admiras, un poema escrito a escondidas, un romance prohibido, una tragicomedia con final feliz, la pluma que escribe tu historia.
Quiero ser el que te abrace cuando lo creas todo perdido, el empuje a la realidad, el que te sostenga cuando caigas y el que te ayude cuando camines. Quiero ser tus buenos días y tus buenas noches.
Quiero ser la melodía que sale de las cuerdas del piano, el dulce viento de una flauta. Quiero ser el silencio de tus quejas, las miradas perdidas entre los vagones de un metro. Quiero ser el actor que interprete tu historia, el músico que le da la vida, y el técnico que la ilumina.
Quiero ser esos ojos que penetran en mi alma. Quiero ser el mundo, un mundo, tu mundo. Quiero ser tu sonrisa, bella y preciosa arma contra la tristeza. Quiero ser tu compañía eterna, tu amante secreto, tu acompañante de toda una vida.
Quiero ser tu café, tu vicio y tu droga. Quiero ser las huellas que dejen tus pies al caminar sobre la arena antes de ser llevado por la marea. Quiero ser el rastro que deje tu perfume al caminar. Quiero ser tus sueños y tu realidad. Quiero ser tu ángel de la guarda, tu dulce compañía, aquel que no te desampara ni de noche ni de día. Quiero ser Dios, y observarte cada instante, cada minuto, cada segundo. Quiero ser frío, pues sin frío no habría calor.
Quiero ser yo contigo, quiero ser tu conmigo. Quiero ser el camino, la senda, el destino. Quiero ser tantas cosas y a la vez no quiero ser nada. Quiero ser lo que nunca fuiste, y quiero ser lo que nunca fui.
Quiero ser el punto final.