12 ago 2013

La vida es sueño, como dijo Calderón.

Vivo en un sueño donde todo es bonito, y cuando despierto es todo tan oscuro. Las luces no funcionan, no hay sol, no hay vida, no hay yo, y peor aún, no hay tú. 
El aire se siente tan pesado en tu ausencia. Las noches son mas largas, incluso no hay día. Te veo en la lejanía, y alzando mis brazos intento atraparte, mas te pierdes en la niebla de mi mirada. Lo intento todo, te grito, te llamo, te proclamo, pero Dios se hace el sordo y no me escucha. Me ve, es verdad, me observa, pero se tapa los oídos. 
Me arrodillo notando el frío de este suelo, de este mundo. Me abrazo a mi mismo pues sé que no estás. ¿Vendrás?. Suplicar no va a funcionar. No vale solo con desearlo, lo suponía. No puedo mover tierras solo con alzar los brazos y gritar ¡Tierra ven a mi! Me he dado cuenta tan tarde. Pero te sigo amando, como el primer día te amo, pero Dios también ignora eso, pues no es suficiente. En esta vida no todo se consigue con amor o con deseo. Todo es tan difícil... ¿quién eligió la dificultad? ¿Qué quiere de mi aquel Dios que todo lo ve pero que nada lo hace? Y si Dios no lo hace... ¿qué puedo hacer yo? ¿resignarme? ¿quedarme sentado esperando que pase el tiempo? ¿Viendo como pasa el tiempo y como se marchita mi vida? ¿Sentando viendo como viene y va el sol? 
El paso de las estaciones me pesa en el cuerpo y con cada vuelta del reloj me duele mas el alma. Me siento en la cama acariciando mis sabanas, mis labios te añoran mas no te he probado. ¿Que tipo de veneno es este que me mata sin haberte conocido? ¿Que tipo de magia es esta que me duele sin haber sido herido? El cielo se siente tan cerca pero a la vez está tan lejos. La melodía que a principio escuchaba tan clara y preciosa ahora se torna turbia y escalofriante. Mi mente entorna una continua batalla con mis sueños. ¡NO! ¡NUNCA SERÁS CUMPLIDO! 
Oh Ángel que tu tanto decías que me aguardabas y me acompañabas, ¿no eras tú aquel ángel que llamaban de la guarda? Se vuelve amarga tu compañía. Mi almohada es la única que sabe cuántas lágrimas he derramado, cuantas penas esta boca ha suspirado. Mi único consuelo ahora es plasmar todo lo que siento, lo que pienso, en unas tristes hojas de papel que el viento se llevara y que la gente pisoteara. Memorias de un triste escritor que nunca consiguió nada en la vida, memorias de un joven enamoradizo que nunca pudo cumplir sus sueños. 
Lo daría todo por poder verte antes de acabar de escribir estas líneas, poder verte antes de que la última hoja caiga, antes de que el crepúsculo termine. Antes de que sea demasiado tarde. Me giro, asustado, pues siempre pienso que estarás detrás mía, riéndote de mi, como una sombra. Pero cuando lo hago lloro, pues no me encuentro con nada. Cada lágrima que suelto es un te quiero que me duele. Daría lo que fuera al menos para poder ayudarte, verte sonreír. ¿Te das cuenta de verdad de cuánto te amo? Es verdad... lo recuerdo, sí que lo sabes. "Yo te amo igual" me dices. Tus palabras aparecen en mi mente tatuadas en mis labios. Paseo entre el tiempo alzando la vista, mis huellas se pierden entre el viento y mis pasos retumban en las paredes. Me mezclo entre la gente intentando olvidar mi propia cara, todos se parecen a ti. 
Caigo al suelo implorando que todo acabe, que se acabe esta tortura, este sufrimiento, este vivir. No puedo respirar más, está presión es insoportable, tanta gente a mi alrededor, imposible reconocer a nadie o simplemente ver nada. Corro y corro, doy vueltas en circulo perdiendo mi mirada entre la multitud. Lo veo todo tan oscuro, tan negro. Todo se desvanece... y te veo. 
No puedo hacer nada, no puedo decir nada. Las ganas me comen las entrañas y me matan. Supongo que solo tengo dos opciones. Esperar a ver como transcurre la obra aguantando las ganas de gritar y de correr, y de tenerte, o terminar la obra por la mitad con un triste final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario