8 oct 2017

Plotober 2 - Vaya, alguien ha dejado un extraño paquete en la puerta. ¿A qué huele?

Cuando llamaron a la puerta, Anabel no esperaba encontrarse un paquete delante de ella. ¿De quién sería? ¿Se habrían equivocado? Pero lo extraño no era la caja en sí, sino el olor que provenía de ella.
Cerró la puerta y dejó la caja donde estaba. Ese olor le recordaba a algo del pasado. Era un olor nauseabundo y que le traía recuerdos dolorosos. 
No podía recordar bien algunas cosas debido al accidente que había tenido hace tiempo. El médico le había dicho que eran efectos secundarios de los golpes que se había llevado en la cabeza, que en cualquier momento empezaría a recordar cosas y a recuperarse.
Llamaron otra vez a la puerta, esta vez con golpes más fuertes y más insistentes. Anabel se quedó un rato asustada mirando a la puerta, con miedo a lo que se encontraría si abría la puerta. Lentamente, se acercó a ella con la mano tendida al picaporte temblando y sudando, ¿quién era y por qué insistía tanto?
Cuando abrió la puerta, el paquete seguía en su sitio, nadie alrededor, y ese olor de nuevo. Anabel se agachó para inspeccionar el paquete más de cerca, con una mano en la boca para intentar no percibir ese nauseabundo olor que le llegaba proveniente del paquete. Cuando llegó a tocar el paquete, éste se movió y soltó un grito agonizante.
Anabel dió un salto hacia atrás, cayendo al suelo y arrastrándose hasta que su espalda chocó con una pared de la casa. Respirando entrecortadamente, Anabel intentó recobrar el aliento y la compostura de lo que había sucedido en ese momento, ¿habían sido imaginaciones suyas? ¿Que había pasado con la cosa del paquete?
Cuando intentó levantarse, el paquete se movió y cayó mirando en dirección a ella, abriéndose y saliendo la cabeza de una persona de ella, que llegó rodando a los pies de Anabel, que se encontraba sentada en el suelo contra la pared. 
Un grito atemorizado y el intento de salir corriendo invadieron a Anabel, pero no lo hizo. Esa cabeza parecía recordarle a alguien... Esos ojos azulados que inundaban su mente que ahora estaban ahogados en sangre, esos labios... Alargó la mano para intentar coger la cabeza, apartarla de su lado, pero en ese momento abrió la boca.
- ¿Anabel? ¿Es que no me recuerdas? ¿Es que no recuerdas lo que hiciste? Anabel, fuiste tu.

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